Mohammed Benis
Resurrección
Árboles
galopan dentro de mí,
y los muertos recuperan
sus cabezas maceradas
en ese río de piedra.
Ensucian sus almas
con más decepciones,
cubren sus pieles
de uva surgiendo
de las espaldas de ángeles.
Mañana se refugian en mi garganta
y se meten allí .
Árboles sobrevuelan mi fuero interno,
y veo una alegría fluyendo
sobre
sus mudas frentes.
Esa es mi cabeza
iluminada por flacas estrellas .
Probablemente viviré otra vez.
Funeral ciego
Llevo mi tumba
y me infiltro, disfrazado, en la vida.
No hay nadie aquí
excepto
restos de un cielo
y cuervos graznando
sobre el cadáver de un poeta.
Descanso un poco,
y busco un lobo mítico
que me presta su cara
para encontrar una mujer
bajo un blanco árbol,
más bien
busco huesos de hombres ahogados
en alguna parte de la noche .
Maldigo mi alma
que no me encerró
dentro de un ciego útero,
y veo mi mano lamiendo
una estrella
fluyendo sobre mi frente.
Despacio…
nadie recogió mis dedos
para decorar mi morada
de cualquier
blancura.
En el sueño del poeta
Las plumas
que cubren
la espalda del poeta,
se asemejan a la espuma
que se resbaló
de la noche de la hoja.
Sobre sus dedos,
brillan cadáveres
y se apagan otros ,
viene un astro
compartiendo con él
su pagana nostalgia .
Parece lo que está
fluyendo por su boca,
sólo son nubes
tragadas por el poema
antes de que comience.
Heredan mi cabeza
Yo les hubiera creído muertos
cuando , en realidad, volvían
a mi cabeza, en la que
rasuraban
lo que se colgó de insomnio.
Son ellos, los herederos.
Vienen montando caballos blancos
para tragar esta eternidad
que se posó
en mi hombro
como si fuera extinta uva.
Son ellos,
quienes cogieron el salvaje sueño,
y he aquí que se volvieron ciegos,
apenas combatiéndose.
Es el momento del cuerpo;
subieron
y bajaron.
Ojalá hubieran tardado un poco!.
Parece que necesito
galaxia ,
desgracia,
y montaña que añoro.
Sentidos vacantes
Desde ya,
no hay
ni cosechas
ni linajes.
Despacio
a este que tragó
todos sus sentidos
que le huyeron.
Despacio a este
que pedió prestado
la cabeza de un caballo
para sobrevolar otra tierra.
Ojalá que caiga
en
el fondo
de su fuero interno
para adquirir su parte de la vida.
Le encarcela un sueño
por algún tiempo.
¡Que maldición !.
Parece que retrocede
de su cadáver
para dormir un poco.
Inmolo montaña
Cierro mi garganta ,
más bien
trago amigos
para molestar mis sombras
que fluían
sobre
sus cráneos.
Así se vuelve macerada la vida
bajo el brazo de un poeta ciego
lamiendo
sus sentidos extendidos
sobre la nieve de la fantasía.
Me devorará
esta blancura
como salvajes árboles ,
y se cortará mi cabeza,
con la cual
los dioses se distraen
cuando se van a llorrar.
Como si yo soñara
que inmolo montaña
por donde
no pasaron los profetas.
Otra cabeza
de la cual
casi
gotea
un útero que los muertos
no lo cerraron.