Revista Internacional de Poesía: "Poesía de Rosario" Nº 21
  Mohammed Bennis
 

 

 

Mohammed Benis

Resurrección

Árboles
galopan dentro de mí,
y los muertos recuperan
sus cabezas maceradas
en ese río de piedra.
Ensucian sus almas
con más decepciones, 
cubren sus pieles
de uva surgiendo
de las espaldas de ángeles.
Mañana se refugian en mi garganta
y se meten allí .
Árboles sobrevuelan mi fuero interno,
y veo una alegría fluyendo
sobre
sus mudas frentes.
Esa es mi cabeza
iluminada por flacas estrellas .
Probablemente viviré otra vez.


Funeral ciego

Llevo mi tumba
y me infiltro, disfrazado, en la vida.
No hay nadie aquí
excepto
restos de un cielo
y cuervos graznando
sobre el cadáver de un poeta.

Descanso un poco,
y busco un lobo mítico
que me presta su cara
para encontrar una mujer
bajo un blanco árbol,

más bien
busco huesos de hombres ahogados
en alguna parte de la noche .

 

Maldigo mi alma
que no me encerró
dentro de un ciego útero,
y veo mi mano lamiendo
una estrella
fluyendo sobre mi frente.
Despacio…

nadie recogió mis dedos
para decorar mi morada

de cualquier

blancura.
 

 

En el sueño del poeta

Las plumas
que cubren

la espalda del poeta,

se asemejan a la espuma

que se resbaló

de la noche de la hoja.

Sobre sus dedos,

brillan cadáveres

y se apagan otros ,

viene un astro 

compartiendo con él

su pagana nostalgia .

Parece lo que está

fluyendo por su boca,

sólo son nubes

tragadas por el poema

antes de que comience.


Heredan mi cabeza

 

Yo les hubiera creído muertos

cuando , en realidad, volvían

a mi cabeza, en la que

rasuraban

lo que se colgó de insomnio.

Son ellos, los herederos.

Vienen montando caballos blancos

para tragar esta eternidad

que se posó

en mi hombro

como si fuera extinta uva.

 

Son ellos,

quienes cogieron el salvaje sueño,

y he aquí que se volvieron ciegos,

apenas  combatiéndose.

Es el momento del cuerpo;

subieron

y bajaron.

Ojalá hubieran tardado un poco!. 

Parece que  necesito

galaxia ,

desgracia,

y montaña que añoro.


Sentidos vacantes

Desde ya,
no hay

ni cosechas

ni linajes.

Despacio

a este que tragó

todos sus sentidos

que le huyeron.

Despacio a este

que pedió prestado

la cabeza de un caballo

para sobrevolar otra tierra.

 

Ojalá que caiga

 

en

el fondo

de su fuero interno

para adquirir su parte de la vida.

Le encarcela un sueño

por algún tiempo.

¡Que maldición !. 

Parece que retrocede

de su cadáver

para dormir un poco.



Inmolo montaña

 

Cierro mi garganta , 

más bien

trago amigos

para molestar mis sombras

que fluían

sobre

sus cráneos.

Así se vuelve macerada la vida                       

bajo el brazo de un poeta ciego

lamiendo

sus sentidos extendidos

sobre la nieve de la fantasía.

Me devorará

esta blancura

como salvajes árboles ,

y se cortará mi cabeza,

con la cual

los dioses se distraen

cuando se van a llorrar.

Como si yo soñara

que inmolo montaña

por donde

no pasaron los profetas.

Otra cabeza
de la cual

casi

gotea

un útero que los muertos

no lo cerraron.

 
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